Mostrando entradas con la etiqueta capitalismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta capitalismo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de abril de 2015

El genocidio permanente

Silverio Méndez. Adriana Sarmiento Enríquez. Amirul Miah. Fabián Da Silva. Dionisia Barros. Jie Liang.  Michael Brown. Hadi Sibidé. Rami Aldura. Marita Verón. Daniel Solano. Ellas. Ellos. Cientos. Miles. Millones. Ahora mismo. Ayer. Y mañana.




¿No sentís cómo se te aplasta el cuerpo? ¿No se te enfría la espalda con el hilo de sangre que baja desde tu nuca? ¿No se te hinchan los ojos de impotencia al saberte encerrado, esclavizado? ¿No se te cansaron las piernas de tanto correr escapando de tu  tierra?

Y no. Nada de eso te pasa, muñeco. Porque para vos, cómo decirte, no es que todo eso no pasa, sino que estás convencido de que no es posible que no pase, de que es inevitable. Y naturalizás hasta tus propias náuseas. Esas también son inevitables, te decís, y no se puede hacer nada.

Pero mirá, leé con un poco de atención esto que fui encontrando en todo este tiempo, a ver qué te parece.

lunes, 7 de julio de 2014

Cuerpo social, cuerpos sexuales

Si la crisis no es sólo política y económica,  sino una crisis de los modos de subjetivación, el estallido del orden ha de implotar la propia sujeción del sujeto que lo soporta y garante.
(Néstor Perlongher)




Por Rosa D'Alesio*

Represión, familia heterosexual

“No soy como vos. Esa empatía que clamás tener es una mentira, porque sos nada más que la policía moral de la sociedad, con el deber de borrar mi obscenidad de la superficie de la tierra para que la burguesía no se sienta enferma. Soy una ninfómana, amo mi concha y mi sucia, obscena, lujuria”.(1)

Si nos propusiéramos  hablar de la historia de la sexualidad deberíamos comenzar repasando la represión y la opresión a las que ésta fue sometida durante siglos. Así quedaría demostrado que no sólo bajo el capitalismo la sexualidad está atravesada por las relaciones sociales dominantes (2). Pero sería injusto, a su vez, hacer ese repaso sin incluir las distintas épocas en las que la sexualidad gozó de mayores libertades,  alejada  de lo moral y lo normal que hoy nos acosa cotidianamente. Pero este artículo no se propone historizar la sexualidad. Sólo me propongo trazar algunos de los elementos de por qué y para qué se reglamenta la sexualidad y el control de los cuerpos en la época del capitalismo. Sosteniendo desde el comienzo que la historia de la sexualidad no es sólo la historia de su represión, sino que también es la historia de la lucha contra las normas represivas que intentaron y siguen intentando sofocarla.