lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Sindicato de policías o asociación de criminales a sueldo?

Tras el motín policial que se produjo en varias provincias la semana pasada desde algunos sectores se instaló el debate sobre la constitución o no de sindicatos para los miembros de las fuerzas represivas del Estado.



Policías en acción - SIPOBA (Sindicato Policial Buenos Aires, adherido a la CTA)


“Si hubiese existido la sindicalización de la policía, esto no hubiese ocurrido”, dijo Hugo Moyano. La definición del líder de la CGT es acorde con el apoyo que le brinda al Sindicato de Policías y Penitenciarios (SinPoPe), un rejunte de milicos en actividad, retirados y hasta exonerados que se organizan para reclamar “mejores condiciones de trabajo”. Si para muestra basta un botón, alcanza con decir que el SinPoPe tiene como referente a Salvador Baratta, comisario retirado de la Bonaerense en cuyo prontuario figuran, por ejemplo, la participación en la masacre del Puente Pueyrredón en 2002, la represión en La Plata a los manifestantes que realizaban un escrache al genocida González Conti (secuestrador de Julio López en la dictadura) en 2006, y el desalojo y detención de los obreros de Kraft en Pacheco (Tigre) en 2009. Fue justamente por los servicios prestados a la multinacional yanqui que Baratta se ganó el aprecio de Sergio Massa y hoy es concejal de Lanús por el Frente Renovador. Una joyita.

¿Compañero policía?

Desde la CTA opositora, por su parte, también salieron a bancar la sindicalización policial."Es un derecho constitucional, porque el policía es un trabajador del Estado", dice Víctor De Gennaro, autor de un proyecto de ley para reglamentar la creación de esos sindicatos. Junto a Pablo Micheli, De Gennaro apoya al Sindicato Policial Buenos Aires (SiPoBA), que en abril de este año firmó su incorporación a la central sindical. El SiPoBA nació en 1998, en pleno auge de la “maldita policía” duhaldista y desde entonces, como lo hizo la semana pasada, también reclama “mejores condiciones de trabajo”.


jueves, 12 de diciembre de 2013

Moria, su amiga presidente y los petroleros



En la provincia de la amiga de Moria Casán esta tarde los ricos, como ellas, una vez más festejan.

Once trabajadores fueron condenados, algunos a prisión perpetua, por un crimen que no cometieron.


A las torturas sufridas por ellos en estos años se suma "todo el peso de la ley" descargado sobre sus espaldas. Una ley hecha a medida de los poderosos y aplicada por una Justicia de clase.


Como hace siglos, como con miles y miles de obreros y obreras a lo largo de nuestra historia.


Pero esos once petroleros no están solos.


Ni la amiga de Moria Casán, ni sus amigos de los tribunales santacruceños, ni sus socios multinacionales tienen noción de lo que les espera. 


Esos obreros van a ser liberados por la lucha incansable de la clase obrera.


Y la ley, la de los poderosos, será enterrada junto a los huesos del último burgués. 


No están solos compañeros. La lucha, nuestra lucha, recién empieza...


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-"Fui una persona de derecha toda mi vida [...] No me quiero meter con el tema de los desaparecidos. Tengo muchos amigos y amigos de mi padre, que era militar, muertos por la represión. La gente de los desaparecidos piensa que sólo es un horror lo de los desaparecidos, y yo pienso que es un horror lo que pasó del otro lado [...]
-¿Cómo te sentías en la dictadura Moria?
-"Cómoda, muy cómoda [...] Es un horror de los dos lados; los señores cumplieron con lo que había que cumplir. Acá hubo una guerra...” (Entrevista a Moria Casán, 22.05.06.)

Afiche de película protagonizada por Casán (1980)