sábado, 14 de noviembre de 2015

Mi voto es en blanco... pero no sé si no estaría bien que gane Scioli



Mi caracterización de Scioli en realidad no difiere mucho de la de Macri. En ese sentido mal me podría satisfacer que gane uno en detrimento del otro. Aclaro de entrada, para que nadie piense que el título de esta reflexión conlleva una valoración menos negativa sobre el gobernador de la Provincia que sobre el jefe de Gobierno de la Ciudad.

Pero en medio de tanto debate de si voto en blanco sí, voto en blanco no, lo que me puse a pensar es si en verdad no estaría bien que gane Scioli. Porque yo voto en blanco y hago campaña para que mucha, muchísima gente vote en blanco. Pero, como dice Serrat, “puestos a escoger”...

Te explico, muñeco. Hace rato que lo conocemos a Scioli. Hace ocho años que es el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Yo vivo ahí. Y yo sé qué hizo Scioli para dejar la salud pública en estado de emergencia, cómo no pasó la prueba de hacer algo bueno por la educación pública, cómo vació el IOMA, cómo permitió la violación sistemática de los derechos humanos, cómo convirtió a la provincia en un verdadero Estado de excepción, cuánto le importa la vivienda, el trabajo y la vida del pueblo trabajador.

¿Sabías que con Scioli aumentaron y llegaron a niveles récord las violaciones a los derechos humanos en la Provincia? Sí. Con Scioli hubo mucho más gatillo fácil policial contra los pibes pobres. Hubo más detenciones arbitrarias con el único fin de acomodar las estadísticas para justificar el engorde de la cana. Hubo más torturas en cárceles y comisarías, porque el Servicio Penitenciario y la Bonaerense no cambiaron desde la dictadura y el duhaldismo (el mismo perro con otro collar, pero ladra y muerde como siempre). Y hubo, desgraciadamente, muchas más muertes. En comisarías, en cárceles y también en hospitales neuropsiquiátricos del Estado. Porque ni siquiera se salvaron esos parias a los que el sistema llama locos y los despoja de toda autodefensa.

Si hasta la misma Comisión por la Memoria que financia el Estado provincial tuvoque salir a denunciarlo por las atrocidades que están a la vista de quien quiera verlas.

Te escucho decir que atacando a Scioli le hago el juego a Macri y me da mucha risa. En serio. Me da risa que esa mentalidad de clase media progre, asustada por no querer perder las miserias que juntó en 12 o en 18 cuotas, termine justificando que Jack el Destripador se haga del gobierno sólo para que no gane Freddy Krueger. Esa misma mentalidad que revienta de tanto sapo atragantado durante años y hoy asiste a su degeneración cúlmine en nombre de vaya uno a saber, a esta altura, qué “proyecto”.




Hace rato que lo conocemos a Scioli, muñeco. Y vos también, no jodas. ¿Y sabés qué? Ni siquiera hace falta que me remonte a su noventismo, ni a cuando lanzaba loas a la dictadura, ni a cuando como buen “ganador” del modelo menemista hizo apología de la convertibilidad, las privatizaciones y el “ingreso al Primer Mundo”. No hace falta eso. Alcanza con lo que es Scioli hoy, acá, en 2015.

Scioli es de derecha, conservador, chupacirios, represor, hipócrita y servidor del poder. Todo eso. Scioli es contrarrevolucionario por donde se lo mire. Scioli es el que nunca quiso encontrar a Julio López, el que nunca quiso encontrar a Luciano Arruga y el que se abrazó, cuidó y encubrió a los desaparecedores y asesinos.

Scioli es el que le dio todo el poder a la cana para que robe, torture y mate a cambio de cuidar los intereses supremos de la alta burguesía. De la que hace sus negocios “legalmente”, pero también de la que compra y vende en la clandestinidad. Porque vos también sabés que en esta provincia no se trafica una chica de prostíbulo en prostíbulo, ni se vende un gramo de merca ni se compra un paragolpes choreado sin que el comisario, el sargento y el cabo participen.

Y encima Scioli nos deja con el doble de esos asesinos a sueldo de los que había cuando asumió. Todo en nombre de la “seguridad”.

Y no te olvides que Scioli es el que cerró casi todos los (pocos) refugios que había en la Provincia para que las mujeres victimas de la violencia machista puedan, al menos, empezar un camino diferente, lejos de sus victimarios maridos, parejas o padres.





Una anécdota. Corría el año 2008. Scioli ya llevaba varios meses como gobernador. En la capital provincial, La Plata, más precisamente en Olmos, entre el 17 y 18 de abril la policía Bonaerense al mando de Scioli asedió durante horas la planta de la fábrica textil Mafissa y desalojó violentamente a los trabajadores que venían peleando contra los despidos y suspensiones masivas. Dieciocho obreros terminaron detenidos. El inmenso operativo que incluyó más de 500 efectivos de la policía, de infantería y caballería, la utilización de helicópteros, incluido el grupo Halcón, fue el puntapié para que la patronal (en alianza con el gobierno nacional y el provincial), junto a la burocracia de Asociación Obrera Textil pudiera avanzar sobre la organización de los trabajadores dentro de la fábrica e imponer la política de flexibilización laboral, contratos temporarios y salarios de miseria que hoy pesan sobre la fábrica.

¿Y sabés una cosa? Scioli le brindó todo el apoyo a los empresarios, la familia Curi, que no sólo superexplotan hoy sino que se llenaron de plata con la dictadura. La memoria de los 15 obreros de la vieja Petroquímica Sudamericana (hoy Mafissa) que siguen desaparecidos grita rabiosa ante tanta impunidad.

Leíste bien más arriba. Medio millar de uniformados, helicópteros y el Grupo Halcón; todo eso para impedir que una veintena de obreros ocupen sus puestos de trabajo rechazando los despidos. Y mientras tanto los grandes capitalistas del narcotráfico, esos a los que les sirve mucho para enriquecerse que la droga esté prohibida, viven en los mismos barrios privados que gran parte del funcionariato kirchnerista.

Ese es Scioli, muñeco. Igual yo sé que vos todo eso lo sabés.

Pero lo grave es que sabiendo todo eso, y sin que Scioli haga ningún esfuerzo para disimularlo, vos y tantos otros me quieran convencer a mí de que hay que votarlo. Y encima si no lo hago termino favoreciendo a la derecha de Macri (Risas).

Sé que a esta altura, intentar convencerte es una boba quimera. Si llegaste hasta acá y seguís insistiendo en que atrás de Scioli viene el “nunca menos”, ¿qué sentido tiene que te siga discutiendo?

Por eso, me remito sólo a hacer este acto de defensa de mi voto en blanco. Pero con una aclaración. Entre nosotros, la verdad estaría bien que gane Scioli. Totalmente.

Estaría bien que gane Scioli para que la caterva de mentecortas que no supieron diferenciar entre un voto en blanco para luchar de un voto positivo cómplice se tengan que morder la lengua cuando su presidente anuncie que se corta el chorro, que hay que ajustar los cinturones y que no es momento para joder con paritarias ni mantenimiento de subsidios.

Estaría bien que gane Scioli para que millones de laburantes que votaron confiados en que nada iban a perder con el kirchnerismo, hagan la experiencia definitiva y empiecen a pensar cada vez más en que la armonía entre los capitalistas y los trabajadores es una utopía reaccionaria.

Estaría bien que gane Scioli para desenmascarar un sucio relato lleno de mentiras y ficciones que durante años nos habló de igualdad y de liberación. Un relato sin sustento, que dijo combatir a las corporaciones pero se entremezcló con ellas; que dijo defender los derechos humanos pero armó un sistema de espionaje interno infernal para controlarnos y perseguirnos; que prometió un bienestar general pero se va dejando precariedades por todos lados; que gritó Memoria pero se dedicó a que todos nos olvidemos de López, de Arruga, de Marita Verón, de Daniel Solano, de Mariano Ferreyra, de los inmigrantes pobres asesinados en el Indoamericano, de los indígenas pobres asesinados en Chaco y Formosa.

Estaría bien que gane Scioli para que te demuestre, muñeco, que fuiste un idiota útil de la mano dura camuflada.





O mejor, estaría bien que gane Scioli para que te saques vos mismo la careta, muñeco. Para que ya no me vengas con tu sensibilidad nacanpop a hablarme de los pobres, de la inclusión y de la ampliación de derechos. Porque capaz estás tan pegado al aparato del Estado que no te va a costar nada cambiar de camiseta y pasar a justificar devaluaciones, aumentos de tarifas, rebajas de sueldos, inflaciones criminales, recortes de gastos, despidos y suspensiones.

Estaría bien que gane Scioli, de paso, para que, si no sos tan peronista, cuando nos encontremos en la calle peleando contra ese presidente que ayudaste a construir al menos reconozcas nuestra lucha durante la década en la que los verdaderos ganadores fueron unos pocos.

Si realmente estaría bien que gane Scioli, ¿entonces por qué no lo votás?”, me vas a preguntar.

No, muñeco. Si a ustedes no les alcanzan los votos que puedan rascarle al facho de Massa no pretendan convencernos de que a Scioli hay que votarlo porque es más de izquierda que Macri.

De todos modos, es muy probable que vos a esta altura no entiendas nada de principios. Y por eso tu cabecita afiebrada te hace enojar con los que siempre dijimos lo mismo y no claudicamos frente a los chamuyos de ocasión. Pero curiosamente no te enojás con la cheta Rabolini, con el “mataguachos” Granados, con la hambreadora Batakis, con el agente de la dictadura Casal, con la gorila De Lucía, con el gatillo fácil Matzkin, con el carapintada Berni y con el resto del personal.

Y deberías enojarte, muñeco. Porque todos ellos, bendecidos por el nefasto Jorge Bergoglio desde su trono vaticano, son los que van a asumir en representación de tu “proyecto”.